dimecres, 16 de novembre del 2011

Huele a Azufre. ¿Tiene que ser así?

Bien. Para empezar por el principio; sin irme de la lengua y sin ánimos de desprestigiar o tirar por tierra un trabajo, sobretodo uno que rinde homenaje al maestro Chejov. Comenzaré explicando la verdad, solo la verdad y nada más que la verdad en todo este asunto retratando tal cual como están pasando los hechos que me están dando tanto que hablar y, sobretodo, que pensar.
El pasado día… (no me acuerdo que día fue exactamente pero, en fin, un día que ya pasó), fui a ver “La Gaviota” de Chejov, un montaje llevado a cabo por Teatres  de la Generalitat. Así pues, en esta ocasión, unos compañeros de la Escuela Municipal de Teatro de Sagunto y yo, decidimos dedicar un instante de nuestras vidas a ello y dejarnos caer por el acogedor y entrañable teatro Talía situado en la preciosa y concurrida calle Cavallers de Valencia alejándonos, pues, de la costumbre de ver teatro en las salas alternativas y demás. Horas antes de asistir a dicha representación, advertí a mis compañeros de que algo se cocía por ahí y que no estaba gustando, puesto que el código con el que se estaba trabajando no era muy afín a lo que entendemos por Chejov en toda su esencia. Total, que les dije textualmente, fijaos; Redacción interesante del director, Eduardo Vasco, de la cual rescato un par de frases:

"Eran tiempos en los que la búsqueda de una interpretación más natural, que acercase el teatro a la vida del espectador, suponía una prioridad dadas las maneras interpretativas rígidas y acartonadas del momento."

"...vamos a representar La gaviota con toda la sinceridad que nos resulte posible para tratar de contagiarles a ustedes con esta bellísima historia que tanto tiene que ver con todos nosotros."

Bueno... ¡pues a ver si es VERDAD! (dije yo...)

Y sin más nos adentramos en el Talía. Al salir, mi postura, después de cinco minutos de reflexión aproximadamente (puesto que no me hizo falta más), fue la de: antes de entrar a ver La Gaviota, hablando en la puerta con mis compañeros, sentía que el palpitar de mi corazón era el de siempre, mi respiración normal y corriente y mi forma de hablar totalmente equilibrada. Al salir de ahí mi palpitar era el mismo, mi respiración seguía igual pero, eso sí... mi manera de hablar ha comenzado a distorsionarse y he rajado que no veas que a gusto me he quedado.

CONCLUSIÓN: No se puede salir de un teatro después de haber visto una obra del maestro Chejov y sentir únicamente indiferencia. ENHORABUENA a los actores, eso sí... por su esfuerzo y su trabajo, ya está. Y aun así aconsejé: Hay que ir, es interesante, la verdad... yo aconsejo ir. Aunque, a sabiendas que no vais a ver la esencia de Chejov ni mucho menos... A mí, el trabajo (como trabajo) no me ha disgustado, me han disgustado otras muchas cosas, pero considero que es un trabajo que hay que ver. "¡Arrrg que rabia, joder!" esa es mi reflexión.

Vale, hasta ahí todo claro. Bueno, pues el pasado día… (tampoco recuerdo cual), vi un comentario bloggero de una persona que no tengo el gusto de conocer, dicha persona escribió un artículo exaltando, mayormente y con muy buenas palabras dedicadas a ello, el montaje en general. Yo decidí, pues, después de felicitar a dicha persona, lanzar alguna que otra puya a favor de lo que yo pienso y considero que es llevar a cabo un trabajo. Total que, textualmente, dije lo siguiente:

Justament enguany, a l'Escola Municipal de teatre de Sagunt, a càrrec de la direcció d'Ismael Bereje, hem estat treballant "La Gavina" per tal de representar-la durant sis dies amb un pressupost i un recolzament que deixa molt que desitjar al que ha tingut aquesta producció de Teatres de la Generalitat. Jo vaig estar a una d'aquestes representacions al teatre Talia i la veritat es que no em va decepcionar del tot, encara que hi han interpretacions que deixen molt que desitjar i, al meu parèixer, per a estar dins el codi de Txèkhov van faltar moltes coses i van sobrar moltes més, encara que coincidisc amb tu que les dues interpretacions de Nina i Sorin van estar espectaculars, a l'estil del que marca l'autor. De naturalisme ben poc, la veritat... Hi havia vida, això si, però poc més.

Voràs... jo estudie art dramàtic a l'escola de Pablo Corral, mestre que porta una metodologia totalment arrailada al sistema Stanislavski i que, per suposat, pren com a essència els personatges de Txèkhov. Ahir, sense anar més lluny, vaig estar a un muntatge que van presentar uns companys a l'escola anomenat "Pinter & polítics", dirigit pel mateix Pablo Corral. Ací hi havia molta més veritat del que una producció com aquesta que estan fent al Talia pot tindre i és el que verdaderament em crispa en aquest assumpte. Com pot una obra de Txèkhov fugir del naturalisme i el costumisme? com no pot remoure el més mínim quan tracten temes que qualsevol de nosaltres vivim o hem viscut? T'ho diré: Al meu parèixer Teatres de la generalitat sempre, i dic SEMPRE, a vetlat per una comercialització fàcil a l'hora de portar a cap els seus muntatges; cares conegudes i poc més on no hi ha un treball actoral, ni de direcció, digne d'admirar; només bons actors que treballen poc de temps i es dediquen a rodar i rodar pels teatres, directors que tenen presa per presentar el seu muntatge i diners, molts diners que gasten en parafernàlies escenogràfiques que entretén molt al públic. Per tant no centren els muntatges en la confiança d'un treball, ho fan amb la confiança de guanyar diners. A la fi, a València les coses funcionen d'aquesta manera. Es trist.”

Queda clara, pues, mi postura frente a todo lo que está pasando en Valencia, dejando a parte lo que haya podido ver en el teatro Talía.

Para ya concluir con todo esto decir que, ayer (y ahora ya sé que en que tiempo y espacio me sitúo), en clase con el maestro Pablo Corral Gómez, estuvimos hablando sobre un libro del montaje de La Gaviota que se hace llamar “libro didáctico”, y lo podemos encontrar en la taquilla del teatro Talía por el módico precio de dos euros. En él habla sobre el autor y todo aquello que tenga que ver con él, aquí es donde aparece el nombre de Stanislavski, al cual hacen referencia hablando de “EL MÉTODO”, un método que se han sacado de la manga y que han usurpado directamente de Lee Strasberg. Además, se redacta así: en mayúsculas y entrecomillado, para que no se vea…

Por todo ello y mucho más, soy una de las responsables de publicar este artículo con la finalidad de romper falsos mitos, batallando contra aquello de: aquel dijo que… pero, ¿quién dijo qué? Y, lo más importante, ¿en qué se basa?.

Cuando hacemos referencia a Stanislavski hablamos de “EL SISTEMA”. Y, lejos de lo que pueda parecer, no tiene nada que ver un método con un sistema, y mucho menos dentro del ámbito al que hacen referencia: la pedagogía teatral. No tiene nada que ver ni con su antecedente, ni con su forma de llevar a cabo, ni con su NADA. Así que, simplemente y una vez más, advertir que aquello que siempre damos por hecho es totalmente cuestionable y lo más bonito es que de los errores se aprende, sin embargo hay personas, instituciones o entidades que prefieren no hacerlo o barrer hacia fuera, que es peor. Sigue siendo triste, trágico. Recurro a una frase de La Gaviota de Chejov en la que Treplev dice así:

“Hacen falta formas nuevas. Sí, formas nuevas; y, si no las hay, más vale que no haya nada”.

No es que desee que no haya nada, pero lo que hay, al menos, hay que cuestionarlo, siempre.

1 comentari:

  1. Hay Paulita que te veo abanderando revoluciones teatrales. Me gusta, en cualquier caso. Besote.

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