dijous, 27 d’octubre del 2011

Dedicado al rellano, porque queremos ser de VERDAD.


    Últimamente acostumbro a ir bastante más a ver teatro, cualquiera me sirve, porque cualquiera aporta algo, sin embargo alguna que otra representación aporta mucho, y esto es lo que ha sucedido este fin de semana en el teatro El Musical de Valencia, donde estaba programada la obra “Exitus” de la compañía Titzina teatre. “Exitus” significa “Salida” en latín. Bueno, pues semejante representación no tiene palabras para exaltarla tal y como se merece, cualquier cosa que pueda decir no le haría justicia, así que, simplemente, decir que hay que verla.
    Después de leer el díptico del montaje (precioso y muy currado también) He detectado un fragmento que lo titulan como “PENSAMIENTOS” y que, si mal no recuerdo, pertenece a un fragmento de escena. Dice así:

Yo lo hago, porque lo hace mi padre.
Mi padre, porque lo hace mi abuelo.
Mi abuelo porque lo hacia el suyo. Y así uno tras otro, no hemos podido dejar de hacer lo que ya hace mucho tiempo uno de nuestros ancestros inició y nos impidió para siempre olvidar. VIVIR.

Soy, es, fue una línea infinita unida por la imposibilidad de olvidar de donde venimos, ni saber hasta cuando ni hacia donde nos dirijímos.

    Bueno, pues precisamente anoche estuvimos trabajando la muerte en un ejercicio de clase. El rellano presenció el abandono de cada uno de sus componentes. Hubieron sensaciones y emociones para dar y vender, como de costumbre sucede en ese espacio tan mágico donde parece que el tiempo se haya parado. Desde la distancia o la cercanía tuvimos la visión de la muerte en nuestras propias narices y cuando ésta me llegó a mi comprendí que lo que más me desesperó fue abandonar todo lo que me rodea. Por todo y por ello creo que es el momento de, si no lo estamos haciendo ya, comenzar a vivir. Me entristece mucho observar a las personas y ver como se desviven por tonterías sin tanta importancia como su felicidad. He de reconocer que, en muchas ocasiones, es muy difícil conseguirlo, pero luego ¿qué nos queda?.


    De momento lo único que tenemos es la vida y esa bocanada de aire que nos hace ser de verdad.

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